Corrupción para todos. por Diana Seminario
La editora de Política de El Comercio realiza un análisis de los últimos caso de corrupción en el país
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- Diana Seminario Marón
- Editora de Política
- @Dianasemi
Es indiscutible que la peor crisis política que el
Perú ha vivido durante los últimos 20 años fue la revelación de toda la
corrupción del régimen de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos y
su caída.
Entonces vimos cómo se lucró con la política, se
compraron conciencias, se saquearon las arcas públicas y se despreció la
democracia.
Ahora, 14 años después, la corrupción campea en
las más diversas dimensiones, pero teniendo siempre al Estado como botín.
Lamentablemente, la percepción de que esta es una práctica generalizada
ha crecido.
Según una encuesta de Datum publicada en el diario
“Perú 21” el último viernes, el 76% de peruanos cree que la corrupción ha
empeorado en los últimos dos años, el 61% considera que el gobierno de Ollanta Humala no hace nada para
solucionar el problema y el 92% cree que el nivel de corrupción en el país es
muy alto.
Sin duda ha contribuido a generar esta corriente
de opinión lo que en el último año ha venido ocurriendo al interior del país,
donde a un presidente regional se lo acusa de asesinar a un opositor, a un alcalde le
encuentran dinero en efectivo en un armario de su casa producto
de cobros irregulares, y el abanderado de la lucha antiminera, Gregorio Santos,
cumple prisión preventiva denunciado de haber entregado licitaciones a un amigo
suyo previo pago de coima. Y como si eso no fuera suficiente, en
Moquegua, el ex presidente regional Jaime Rodríguez vuelve a ganar las
elecciones, pese a haber admitido que robó, pero que distribuyó.
Por eso haría bien el Ejecutivo en emitir señales
claras de que esta administración sí tiene la voluntad real de desterrar la
idea instalada que en este gobierno se ha empeorado en lo que a corrupción se
refiere.
Sin embargo, resulta más bien desalentadora la
ofuscación del gobierno –a través de sus voceros más mediáticos–, por la
investigación del ilegal resguardo a Óscar López Meneses, y los indicios de que en Palacio de Gobierno
aún hay mucho por responder y que el presidente Ollanta Humala haría bien en
revelar las conclusiones de este caso, a las que –según él– ya se habría
llegado.
No es coincidencia que la primera ministra Ana Jara, en un inusual ataque
de agresividad, haya lanzado duros ataques a los investigadores de
la comisión parlamentaria a cargo del caso, y que dos días después el ministro
de Defensa, Pedro Cateriano, haya salido con todo
contra Alan García y Keiko Fujimori, como queriendo recordar que, si
de corrupción se trata, hay otros gobiernos que –en su opinión– encabezan el
ránking.
Tanto el gobierno como sus voceros harían bien en
modular los decibeles y leer algunos números, como la encuesta de ayer
precisamente publicada en este Diario, en la que el 63% de limeños cree que el
régimen actual está involucrado en el Caso López Meneses.
Esta es la realidad. El enemigo no es la prensa ni
la oposición. La corrupción en la administración pública, en todos sus niveles:
nacional, regional y provincial, es a quien se deben enfrentar decididamente.
No gasten balas en fantasmas.
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